Snoop Dogg, el juego sucio y la verdad incómoda del mundo Pimp
Snoop Dogg, el juego sucio y la verdad incómoda del mundo Pimp
En la vida real y en el rap, hay códigos que muchos glorifican pero pocos comprenden. Uno de esos códigos es el del pimping, una cultura tan controversial como seductora que ha hecho parte de la narrativa del hip hop por décadas. Y cuando hablamos de rap y proxenetismo, es imposible no mencionar al D-O-Double-G... Snoop Dogg.
A inicios de los 2000, cuando ya era una estrella consolidada, Snoop decidió meterse de lleno en el mundo del pimp game, no como actor, ni como personaje, sino como jugador real. En sus propias palabras, lo hizo por estilo, por respeto al juego y porque el poder que venía con eso lo hacía sentir imparable. En entrevistas, Snoop confesó que realmente fue proxeneta, que manejó mujeres en giras, eventos, hoteles y que su presencia en ese mundo no era simplemente estética... era literal.
"Estaba viviendo la vida... las chicas me traían el dinero. Yo no las obligaba, ellas lo hacían porque querían estar conmigo. Me sentía como un rey" — dijo en su momento. Y aunque muchos lo aplaudieron por “vivir lo que rapeaba”, otros se preguntaron: ¿hasta qué punto esto era moralmente aceptable? ¿dónde está la línea entre cultura y explotación?
La cultura pimp ha sido retratada como sinónimo de lujo, poder, trajes brillantes, bastones y Cadillacs... pero también está manchada por el control, el machismo, la manipulación y la objetivación. En muchas letras, desde Iceberg Slim hasta Too $hort, el pimp es el que manda, el que domina, el que nunca se enamora. Y esa narrativa caló fuerte en el hip hop de los 90 y 2000, alimentando la idea de que ser un proxeneta era símbolo de respeto callejero.
Pero detrás de esos brillos, hay sombras. Snoop eventualmente dejó ese mundo. Confesó que ser padre y esposo le hizo replantearse muchas cosas. Que entendió que no podía predicar respeto si seguía involucrado en ese tipo de vida. Que madurar también significaba dejar ciertos demonios atrás.
Este episodio en la vida de Snoop no solo refleja su historia, sino también la dualidad del hip hop: un género que eleva y a la vez expone realidades duras. Que romanticiza lo oscuro pero también da voz a quienes viven entre las grietas del sistema.
Porque sí, el rap siempre será calle, pero la calle también necesita conciencia.
No hay comentarios.
Danos tu opinión